
Mientras admiro y me maravillo con la soberana estupidez alcanzada de sobremanera cada vez que sintonizo canales nacionales, me pregunto: ¿Y qué es lo que sigue a esto?.
Me gustaría pensar, "Qué buena obra es lo que hace Don Francisco, ayudando incansablemente a estos niños desdichados", pero, por supuesto, algo de esto me produce repulsión, no es que quiera decir que sinceramente odio todo lo que me relacione humanamente con otros, sino,...