Opinión Portaleana

Publicado por S Llantén martes, septiembre 18, 2007 0 comentarios

PARECÍAN AGITADOS POR UNA CONMOCIÓN ELÉCTRICA.

Por Sebastián Llantén, Estudiante de Derecho.

Imagino una de esas brumosas mañanas septiembre y ese silencio urbano interrumpido sólo por el seco sonido de las armas de nuestra patria.

Habiéndose reunido en el Palacio del Consulado todos los cabildantes convocados por la esquela oficial -que sólo se terminó de repartir la noche anterior-, el Conde de la Conquista, Don Mateo de Toro y Zambrano, a la sazón Presidente del Gobierno, se dirigió desde su residencia encarnando toda la solemnidad de lo que ahí ocurriría y la regia dignidad del cargo que desempeñaba.

Apenas acaba de instalarse el Presidente y el Cabildo en el estrado, cuando de improviso -poniéndose nuevamente de pié- el Conde de la Conquista, que gobernaba en nombre del Rey de España declaró ante la ilustre asamblea:

Aquí está el bastón; disponed de él y del mando.” Volviéndose enseguida a su secretario Argomedo, le dijo: “Significad al pueblo lo que os tengo prevenido”. (1)

Dando cumplimiento a la última orden del Conde de la Conquista, el secretario Argomedo ratificó la solemne renuncia del Presidente y convocó a aquel cabildo a decidir la forma en que habría de reorganizarse el gobierno del reino. Así dió paso a que el procurador de la ciudad, el joven abogado José Miguel Infante, pronunciara el discurso preacordado por los patriotas, que llamaba a constituir una junta de gobierno.

El partido Español, en la voz del chileno Manuel Manso y Santos Izquierdo, hizo esfuerzos para evitar la innovación, pero ambos fueron interrumpidos por la audiencia y debieron retirarse de la sala.

Así a la voz de “Junta queremos” ese 18 de septiembre de 1810 se constituyó la Primera Junta de Gobierno, eligiendo por y de entre sus miembros a las nuevas autoridades. De esa manera, el octogenario Presidente que cerca de las 10 de la mañana entrara al cabildo revestido de la autoridad regia, salía luego de cinco horas ocupando la máxima dignidad del reino, pero esta vez encarnando la soberanía popular.

Apenas constituido el nuevo gobierno nacional, su primer acto fue despachar un emisario a Buenos Aires anunciando con alegría la instalación del nuevo gobierno, sentimiento que el pueblo expresó en festejos que acabaron sólo al amanecer del día siguiente.

La poco conocida escena que maravillosamente relata Barros Arana, no deja de ser representativa de lo que ha sido nuestra República, pues, de la misma forma que en un embrión vemos que semana a semana pequeñas protuberancias van dando lugar a definidos miembros, esa mañana de septiembre confluyeron elementos que durante toda nuestra historia republicana se han hecho sentir.

Septiembre.
Qué decir de septiembre, mes que ha dejado profundas huellas en nuestra historia. En él la muerte nos ha arrebatado de diversas formas a figuras como José Miguel Carrera (1821), Manuel Blanco Encalada (1876), Ramón Barros Luco (1919), Pablo de Rocha (1968), y nuestro Nobel Neruda (1973).
El mismo septiembre ha presenciados significativos hechos políticos como la revolución del 4 de Septiembre que por primera vez depuso a un gobierno (1811), el reconocimiento de la independencia de Chile por parte de la Real Audiencia (1827), la toma de posesión del estrecho de Magallanes (1843), el suicidio del Presidente Balmaceda (1891) o los golpes de estado de 1932 y 1973, por los que -paradójicamente- se instala la República Socialista y se derriba la vía Chilena al Socialismo que encabezaba el también suicida Presidente Allende.

Militares.
Aquel 18 de septiembre de 1810 desde primeras horas de la madrugada -como nos ha trasmitido el cronista-, la ciudad de Santiago amaneció en medio de un inusitado movimiento militar que pretendía evitar cualquier acto que entorpeciera la instalación del nuevo gobierno. Sucesivamente los militares irrumpirían con gran protagonismo en la conformación nacional, hasta que el Ministro Portales y su “peso de la noche” puso fin a su caudillismo. Sin embargo los esfuerzos portaleanos no pudieron impedir que sucesivamente el Almirante Nef (1924), el General del Aire Marmaduque Grove (1932) y el General de Ejercito Pinochet (1973) instalaran gobiernos de facto.
En otro carácter, la que casi ha sido una patria de generales, los ha tenido en el mando supremo de la nación, con Carrera, O´higgins, Freire, Blanco, Bulnes, Montt, Ibáñez y Pinochet, entre otros.

Constitucionalismo.
De la misma forma como esa mañana en el Palacio del Consulado los cabildantes se dieron un nuevo orden institucional, pudiendo decir que por primera vez -aunque muy débilmente- los chilenos ejercieron la facultad constituyente. El mismo poder que en un cuestionado proceso tendría lugar en 1980 con la aprobación por plebiscito de la Constitución propuesta por la Junta Militar de Gobierno, cuya segunda gran reforma promulgara el Presidente Lagos en septiembre de 2005.

Iglesia.
El primer gobierno nacional, junto con incorporar a destacados militares, contó entre sus miembros al Obispo de Santiago don José Antonio Martínez de Aldunate. Desde ese entonces el episcopado y la iglesia chilena tuvo diversos roles en la vida nacional. Por la tensión entre el poder civil y el eclesiástico, encarnada en la llamada “Cuestión del Sacristán”, se precipitó la ruptura del partido pelucón del que nacieron los partidos conservador y nacional. Las diferencias con el poder civil, llevaron a que la entonces única Universidad de Chile, diera paso al nacimiento de la Pontificia Universidad Católica en 1880. Antonio Zamorano, con su candidatura de izquierda, evitó que Salvador Allende ganara las elecciones presidenciales en 1958. Otro genio y figura fue el Cardenal Silva Henríquez, que en su gobierno episcopal dio inicio a la reforma agraria -que luego imitaría el poder civil-, a la reforma universitaria que democratizaría la educación, y que con incalculable celo defendería los derechos humanos y propiciaría la paz entre Chile y Argentina.

Profesiones.
Junto a los eclesiásticos y militares, esa mañana la audiencia se reunión en el Tribunal del Consulado, órgano estatal que regulaba la actividad de los comerciantes. Intervinieron esa mañana el abogado, José Manuel Infante y Administrador general de Aduanas, don Manuel Manso. Así desde la primera hora, en el devenir de la patria intervendrían abogados y comerciantes, por cuya actividad y mérito nos es imposible decir que esta sea una patria de generales. Diego Portales, Manuel Antonio Matta, Pedro León Gallo y Matías Cousiño, entre otros, fueron comerciantes que aportaron con su ingenio y emprendimiento al desarrollo y conformación de nuestro país. Por su parte los abogados Juan Francisco Meneses, Miguel Luis Amunátegui, Juan Egaña, Manuel Montt, Eduardo Frei, Patricio y Andrés Aylwin y Jaime Guzman, desde sus ópticas y en sus circunstancias jugaron papeles claves para la vida pública nacional.

Celebraciones.
Finalmente, queda referirnos a lo que desde esa tarde de septiembre ha venido ocurriendo. La aún indiana capital de reino de chile, celebró con bailes y la iluminación festivas de las calles la instalación de la primera junta de gobierno. Sucesivamente los gobernantes irían ampliando estas fiestas y extendiéndolas del salón a la chingana, del palacio a la ramada, compartiendo con el pueblo en las fondas del Parque Cousiño (hoy O´higgins), recibiendo el homenaje de las autoridades en la Gala Operática del Teatro Municipal de Santiago y celebrando las victorias del pueblo Chileno en el campo de marte cada 19. La espiritualidad nacional se ha convocado desde antiguo a la acción de gracias por la Patria en el tradicional TE DEUM, que a partir de los años 70 no sólo es Católico, sino que reviste un carácter ecuménico, reuniendo a todas las denominaciones religiosas en una sola alabanza.

Atendiendo a todo lo ocurrido en el transcurso de estos 197 años, no cabe duda que la comunicación de la Primera Junta Nacional a Buenos Aires, no se equivocó al decir que “El 18 de septiembre es el día más grande de Chile”. quizás a este significativo gesto de integración latinoamericana, sólo le faltó prever, que no sólo el 18, sino todo el mes, merecería ser la alegría de toda la nación chilena, pues los cabildantes que parecían “agitados por una conmoción eléctrica” darían desde la primera hora, un compuesto y recatado -pero no por ellos menos decidido- grito de libertad, integración y soberanía.

¡Viva Chile Mierda!



NOTAS
(1) BARROS ARANA, Diego; Historia General de Chile; T. VIII, p. 158; Editorial. Universitaria, Santiago 2002.

Exitosa Avant Premiere

Publicado por S Llantén martes, septiembre 04, 2007 1 comentarios

Con la participacion de más de 300 Portalean@s, se estrenó en exclusiva para la Comunidad UDP el capitulo DIEGO PORTALES: La fuerza de los hechos de la serie Heroes de Canal 13.

En la ocasión, contamos con la intervención del Decano de la Facultad de Cs. Sociales e Historia, Manuel Vicuña, quien dio una reseña de la significación de Diego Portales para la política y la historia nacional, y comentó brevemente el filme del programa Bicentenario de Canal 13.
Agradecemos el gentil respaldo de la Rectoría UDP y de todos cuantos hicieron posible este evento.
Desde ya los invitamos a seguir participando...
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