El viernes recién pasado algo particular sucedió en la Escuela de Derecho. Dicen incluso que la Decana Interina, al ver la urna instalada en pleno patio, preguntó "¿esta elección es de delegados?". Pero no, no se trataba de eso, los estudiantes organizados se congregaban para pronunciarse respecto a su futuro Decano.
Durante estos meses muchos estudiantes de Derecho, como históricamente los estudiantes portaleanos, se han preguntado que participación nos cabe en la generacion de autoridades y el gobierno de nuestras universidad, facultades y escuelas.
Históricamente, los estudiantes siempre ha participado en estos aspectos, bajo distintas fórmulas, ya sea integrando los organos de gobierno y/o votando para la elección de autoridades, sin embargo, ¿qué ha pasado en el último tiempo?.
Las universidades en Chile, sobre todo las no tradicionales, han recibido casi como una verdad revelada el que las estas deben gobernarse por el sistema anglosajón, el que supone que la universidad nace para satisfacer las necesidades, ya sea de la sociedad o de la empresa. Según se ponga en el centro a la una o a la otra, la universidad será gobernada y sus autoridades generadas, por un Directorio integrado desde fuera de la universidad por personajes relevante de la sociedad (empresarios, funcionarios públicos, profesionales renombrados, autoridades locales) o por diversos empleadores y empresarios.
La idea de esto es que la universidad debe formar, para uno y otro subsistema, a los mejores profesionales para la servir a la sociedad o para atender a las necesidades de las empresas y actividades productivas.
Son estas variantes del sistema anglosajón, que tienen sus orígenes en la europa insular y en América del Norte.
En Chile, hemos adapatado este sistema anglosajón, en lo que yo llamaría "anglosajón de nichos", pues son los diversos sectores de la sociedad, por medio de los directorios de sus universidades, busca formar profesionales de acuerdo a las ópticas y necesidades que le son propias, pero por sobre todo formarlos doctrinalmente de acuerdo a ellos.
De esa forma se gobiernan por ejemplo, la hoy por hoy tristemente conocida Universidad de la República (Masonería), la Universidad Arcis (Partidos de Izquiera, miembros de la antigua UP), la Adolfo Ibañez (Empresarios ligados a D&S y a la CPC y Sofofa), la de los Andes (ligada al Opus Dei) y la Alberto Hurtado (Compañia de Jesús). Por cierto la nuestra, la UDP, también se gobierna así, aglutinando a miembros de un liberalismo que, al menos políticamente está casi extinto; podríamos decir que es una "universidad pipiola".
Sin embargo, esta forma de ser y hacer universidad no nos es propia y representa de toda nuestra larga história universitaria, tan sólo un 6,4% que corresponden a los últimos 25 años, frente a los 386 que han corrido desde que se fundó la primera universidad en Chile.
La forma que nos es propia de ser y hacer universidad, es una en que la comunidad estudiantil y académica son dueñas de su propio destino, se gobiernan autónomamente e interactuán sólo atendiéndo la que es su vocación, independientemente de lo que la empresa o la sociedad quiera.
Esa es la única forma en que la comunidad universitaria puede dedicarse a la actividad que le es propia: cultivar y producir conocimiento.
Así las universidades que no pertenecen a este sistema anglosajón, han podido dedicarse a cultivar las artes y ciencias, avocándose, podríamos decir, a lo importante más que a lo urgente. Sólo de esta forma fue posible que los estudios del derecho surgiera, preocupandose de estudiar el derecho romano y no las necesidades normativas del s. XI; lo mismo que la medicina, que se dedicó a estudiar la anatomía y la fisiología, pese a las prohibiciones de las autoridades.
La forma en que éstas se han gobernado, ha hecho posible ese milagro del conocimiento.
Ellas han mutado a lo largo de tiempo sus gobiernos, teniendo siempre en cuenta un esquema donde la participación de estudiantes y académicos es el elemento central. Así en la Universidades Complutense de Madrid, de Salamanca, de la República de Uruguay y nuestra cercana Universidad de Chile contemplan la participación de académicos y estudiantes en sus órganos de gobiernos y en la generación de estos.
Volver a esta tradicional forma de gobernar nuestra institución es un deber de primera hora, las formas concretas son múltiples, el trabajo para proponerlas sencillamente es urgente.
Por eso la elección del día viernes en la Escuela de Derecho, incluso con independencia de su consideración por el Rector a la hora de elegir al próximo Decano, no es un hecho aislado, es la historia portaleana que sigue su curso, y que, teniendo como precedente único, la organización de Centros de Alumnos (1987) y de Federación (1988), el Proyecto de Democratización Universitaria PDU (2003) y la participación estudiantil en los Consejos de Facultad (2003), avanza hacia un verdadera universidad pluralista y participativa.
