
PARECÍAN AGITADOS POR UNA CONMOCIÓN ELÉCTRICA.
Por Sebastián Llantén, Estudiante de Derecho.
Imagino una de esas brumosas mañanas septiembre y ese silencio urbano interrumpido sólo por el seco sonido de las armas de nuestra patria.
Habiéndose reunido en el Palacio del Consulado todos los cabildantes convocados por la esquela oficial -que sólo se terminó de repartir la noche anterior-, el Conde de la Conquista, Don Mateo de Toro y Zambrano,...